Cómo hacer rosquillas con niños
Hacer postres con niños es una experiencia muy divertida y entretenida que nunca olvidarán. Puedes probar estas 11 recetas fáciles de magdalenas caseras, o el postre que tu quieras.
Yo hace poco he hecho rosquillas con ellos, y se lo han pasado bomba. Esta receta es muy fácil y ellos lo podrán seguir sin problemas.
Receta:
Ingredientes que vamos a necesitar:
- 125 ml de aceite de oliva + lo que se necesite para freír
- 250 ml de leche entera
- 1 huevo
- 100 gr de azúcar
- 1/2 cucharada de levadura en polvo
- Harina, la que admita
- Azúcar glas y canela en polvo (para adornar)
Para hacer la receta:
En un bol, mezclamos bien la leche, el aceite, el huevo, el azúcar y la levadura en polvo con ayuda de unas varillas. Si hace falta, lo calentamos ligeramente para que el azúcar se disuelva bien, pero tiene que quedar una masa cremosa.
Una vez que esté bien mezclado, empezamos a añadir la harina, incorporándola primero con una espátula de madera, y luego, cuando sea imposible de mezclar, lo hacemos con las manos, hasta conseguir una masa que no se pegue en las manos.
Este paso es el que más gusta a los niños, el meter las manos en la masa y poder amasarla. Aunque se pongan las manos perdidas no pasa nada, luego se lavan y punto.
Cuando tengamos la masa bien amasada, cogemos un trozo y le damos forma cilíndrica con las manos, cerrándola al final, la forma típica de la rosquilla. Le podemos decir a los niños que hagan un gusano o una serpiente, y luego que se muerda la cola.
Para que no se aburran de hacer siempre la misma forma, podemos estirar la masa sobre una superficie ligeramente enharinada, alisarla con un rodillo y luego utilizar cortapastas para darle la forma que queramos.
Así saldrán rosquillas con forma de corazón, de estrella o de sus personajes de dibujos favoritos.
El último paso es freírlas, y para eso tenemos que ayudarles para que no se quemen. Llenamos aproximadamente la mitad de la sartén con el aceite, y cuando esté caliente, vamos añadiendo las rosquillas de una en una.
El aceite tiene que estar caliente, pero no demasiado para que se hagan bien por dentro, a la par que por fuera. Una vez que estén doradas por un lado, le damos la vuelta para que se hagan por el otro.
Para que escurran todo el aceite, las sacamos a un papel de cocina y dejamos que enfríen.
Una vez que estén frías, espolvoreamos por encima el azúcar glas o la canela (o las dos cosas).
Notas:
Si queremos aromatizar las rosquillas, podemos añadir un poco de extracto de vainilla, una cáscara de naranja, o un chorrito de licor de anís.